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Abuso de Drogas en el Lugar de Trabajo
El abuso de drogas se caracteriza por el ingerir una cantidad mayor a la recomendada de alguna dosis de medicamento prescrita sin supervisión médica o utilizar sustancias controladas por el gobierno como lo son la marihuana, cocaína, heroína u otras.

Sustancias que son legales como el alcohol, la nicotina también son comúnmente abusadas por segmentos de la población. El uso y consecuente abuso de drogas y otras sustancias pudiera crear dependencia física y psicológica (Thomas y Jersen, 2002) por lo que debe identificarse a tiempo un posible patrón para así poder evitar mayores complicaciones.

El abuso de sustancias controladas en nuestra sociedad es uno de los problemas de salud más alarmantes y casi alcanza cifras epidémicas. Si unimos esta problemática a la creciente debacle de la salud mental en Puerto Rico, podemos argumentar que la labor de los psicólogos es una de retos sumamente complicados y variados. Este abuso de drogas y sustancias se relaciona directamente con el mundo del trabajo porque los usuarios de estas se encuentran empleados en las diferentes esferas de la sociedad y por lo cual nosotros como psicólogos industriales nos enfrentaremos a las situaciones que esto crea. Según datos recopilados para el 1997, alrededor del 7.6 % de las personas empleadas en los Estados Unidos aceptaron ingerir alcohol en grandes cantidades y el 7.7% de la fuerza laboral aceptaba tener adicción a alguna droga (Thomas y Jersen, 2002). En la Encuesta Nacional del Deparatamento de Salubridad y los Recursos Humanos de los Estados Unidos (National Drug-Free Workplace Alliance 2004) se encontraron los siguientes datos:

  • El 76.4% de todos los usuarios de drogas ilícitas están empleados.
  • 15.9 millones de Norte Americanos actualmente son usuarios de drogas ilícitas.
  • El 35% de trabajadores han presenciado/escuchado el uso de drogas en el lugar de trabajo.
  • El 11% de trabajadores han sido ofrecidos drogas en el lugar de trabajo.
  • El 66% de las empresas Norte Americanas requieren que sus empleados se sometan a análisis para detectar el uso de drogas.
  • El índice más alto de emergencias relacionadas con el uso de drogas, involucran a personas de 35-44 años de edad
  • El segundo índice más alto de emergencias relacionadas con el uso de drogas, involucran a personas de 26-34 años de edad.
  • El aumento más alto de casos relacionados con la marihuana ocurrió con personas de 35 años en adelante.
  • El abuso de drogas en el lugar de trabajo representa un costo anual de $60-$100 billones de dólares.

El reto que presenta el abuso de drogas en la organización radica en el reconocer que la fuerza laboral no está exenta de empleados con alguna adicción. Sin embargo no resulta una tarea fácil el establecer programas que identifiquen los usuarios y como ayudarlos una vez son identificados como adictos, por los aspectos legales y económicos que representan los mismos. Es lógico establecer que el abuso de drogas en la organización de ninguna manera es una conducta aceptable, pero es comúnmente asumido que esto es un problema individual de la persona y no responsabilidad de la organización. No es hasta que esta conducta interviene con las actividades relacionadas al trabajo y representan un peligro para los demás que las acciones disciplinarias toman parte. Asimismo existen puestos sensitivos (chóferes, labores en áreas de alto riesgo y que utilizan productos químicos etc...) donde las pruebas de dopaje son requisito y condición de empleo lo cual garantiza de alguna manera la seguridad de los empleados al evitar accidentes y la posibilidad de daño a terceros.

Los psicólogos industriales/organizacionales debemos asumir la responsabilidad de orientar y documentar a las organizaciones sobre esta problemática en miras de evitar la propagación de este abuso de sustancias controladas en el lugar de trabajo pues resulta inefectivo el presumir que se van a evitar por completo. Desarrollar un método de pruebas de dopaje efectivo y justo que identifique a los empleados con posible adicción y luego de esto proveer programas que ayuden a este empleado a enfrentar y manejar su adicción de una manera que beneficie a la persona y como resultado final a la organización.