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Enamorado de tu Trabajo

Ya estamos en febrero, mes en el cual se celebra la belleza del amor, de la amistad y de todas las relaciones afectivas que creamos como seres humanos. Aprovecho la oportunidad que me brinda el mes de los corazones para discutir algunos aspectos que abordan el vínculo que establecemos como individuos con nuestras organizaciones. Personalmente, siempre he conceptualizado la relación que establece el empleado con su lugar de trabajo como una de carácter afectivo y que posee muchas de las dinámicas que caracterizan este tipo de relaciones, como  la confianza y la reciprocidad que se necesita para que estas funcionen. Uno de los temas modernos que enfatizan la importancia de una relación saludable entre la organización y los individuos es el concepto de la ‘ilusión’ por el trabajo, también conocido como el ‘engagement’. Schaufeli, Salanova & colaboradores (2002) definieron la ‘ilusión’ por el trabajo como un “sentimiento afectivo-motivacional de enriquecimiento y llenura por el trabajo, caracterizado por el vigor, la dedicación y envolvimiento de las personas con sus labores”. La ‘ilusión’ por el trabajo se refiere a un estado emocional persistente que experimentan empleados fascinados con su trabajo y con las labores que realizan, que es mucho más profundo que la mera satisfacción  laboral. Los empleados que experimentan esta ‘ilusión’ están prácticamente enamorados de su trabajo y de lo que hacen. Investigaciones recientes señalan que los empleados ‘ilusionados’ con su trabajo demuestran mejor desempeño, mayor compromiso con su empresa y reflejan un ausentismo menor (Wefald &Downey, 2009).


 

Muchos podrán pensar que el sentir ‘ilusión’ por el trabajo o estar enamorado de sus labores es prácticamente imposible, sin embargo todo comienza con la percepción de la persona. Escojo a manera de analogía una relación de pareja, cuando estamos enamorados de nuestra pareja todas las conductas irritantes de esa persona resultan aceptables, agradables y hasta cómicas. Por otro lado, en el momento en que comenzamos a perderle el cariño a esa persona querida, sus conductas se vuelven intolerables y la relación comienza entonces a dilatarse. En nuestro ambiente de trabajo se desarrolla una dinámica similar, un individuo enamorado de su trabajo acostumbra a visualizar situaciones incómodas de una manera positiva, mientras que un empleado que le pierde el cariño a su trabajo o a su organización se irrita fácilmente con situaciones cotidianas, lo cual se refleja en sus actitudes y su desempeño.

 

La ‘ilusión’ por el trabajo es un concepto mucho más profundo que el mero optimismo de un empleado y la manera de alcanzarlo en el momento histórico en el que nos encontramos se presenta como una tarea ambiciosa. Existen empleados que pudieran demostrar una ‘ilusión’ por el trabajo natural (igual que gente enamorada) y otros a los cuales la organización tiene la encomienda de enamorar. El secreto radica en las estrategias que utiliza la organización para estimular en sus empleados esta ‘ilusión’ por el trabajo, la forma en que la maneja y como la mantiene. Estudiosos del concepto sugieren que para promover la ‘ilusión’ por el trabajo en los ambientes laborales se debe fomentar la confianza en los empleados y proveerles oportunidades de desarrollo personal y profesional (Wefald & Downey, 2009). La organización debe demostrarle a su fuerza laboral que reconoce sus esfuerzos y que valora sus aportaciones (¿No es más fácil enamorarse de una persona que nos respeta, nos valora y confía en nosotros?) para que estos puedan lograr identificarse con sus labores y sentirse más cómodos.

 

A nivel individual, para poder enamorarnos de nuestro trabajo es necesario hacer un ejercicio de introspección que evalúe la importancia de lo que hacemos en nuestra vida y lo que significa para la organización. Si bien es cierto que la organización debe estimular la ‘ilusión’ en su escenario laboral, es en el empleado donde recae la responsabilidad de involucrarse en sus labores y desarrollar el cariño por su trabajo. De la misma manera, operan elementos que responden al tipo de organización y la diversidad de su fuerza laboral que pudieran complicar su desarrollo. Para esto, KRN Consulting ofrece intervenciones especializadas que abordan esta temática desde ambas perspectivas.

 

 Espero que el mes de febrero nos ayude a valorar lo que hacemos como empleados y que nos permita entender que no existen relaciones perfectas, sino gente imperfecta que desarrolla relaciones fructíferas.

 

¡Feliz Mes del Amor y de la Amistad!