En este mes de mayo, me gustaría que aprovecharas un momento para ver un video que ha impactado mi vida y me ha ofrecido una lección muy importante. A sus 21 años, Patrick Henry Hughes ha logrado muchas cosas en su vida. Patrick es sumamente talentoso y dotado en la música, toca piano, trompeta, compone y canta. Ha ofrecido conciertos en distintas sedes, además ser premiado por diversas entidades, ha viajado a distintas partes del mundo y recientemente publicó un libro. Ciertamente, este no es el único caso de un joven excepcional que nos sorprende por sus capacidades, pero estos son solo detalles de la historia. Patrick tiene anoftalmia bilateral, una enfermedad congénita que provoca que las personas nazcan sin ojos. Además, tiene una condición conocida como el síndrome pterygium que afecta la formación de las extremidades y no permite que se enderecen. Patrick tiene ojos artificiales y una silla de ruedas que utiliza para moverse. En la Universidad de Louisville donde estudia español, Patrick pertenece a la banda marchante que toca en los juegos locales de futból. ¿Cómo? Es precisamente como lo hace, lo que cautivó toda mi atención y mis emociones. Para que Patrick participe en la banda marchante, su padre Patrick John Hughes se encarga de moverlo al ritmo de la coreografía mientras su hijo toca la trompeta. Además, lo acompaña en los cursos universitarios, toma notas y participa de los ensayos de la banda. En un día normal, Patrick John Hughes trabaja el turno ‘rompe noches’ en United Parcel Service (UPS) y duerme unas pocas horas en la mañana, para luego ir a la universidad con su hijo. Solamente basta con ver a Patrick John empujando la silla de ruedas de su hijo en uno de los juegos, para saber que ambos están disfrutando lo que hacen. Sin esperar ningún tipo de reconocimiento, estos dos personajes reiteran una gran admiración el uno por el otro y comparten su historia en múltiples foros, exhibiendo esta especial relación padre-hijo. Muchas veces nos presentan el perfil de los héroes con características sobrenaturales e indestructibles, perdiendo de perspectiva que existen estos héroes cotidianos, frágiles y reales que impactan la vida de los demás, especialmente en tiempos de crisis. La grandeza de la historia de Patrick Henry y su padre no está en sus virtudes como individuos excepcionales y el esfuerzo que cada uno realiza diariamente, sino por el reflejo de la condición humana, el valor de la familia y la inspiración que imparten en nosotros con su ejemplo. De la misma manera que Patrick John acompaña a su hijo en la banda marchante de la universidad y empuja su silla por el campo, en nuestras vidas hay personas que nos acompañan en nuestras metas y de diversas formas también nos ‘empujan’. Yo aprovecho para agradecer a todos mis familiares, amigos y conocidos que de alguna manera me acompañan y me ‘empujan’ todos los días hacia adelante. Toma este tiempo y reflexiona en la pregunta; ¿Quién te acompaña y te ‘empuja’ a ti?

Te exhorto a que veas la historia de Patrick Henry y su padre aquí; www.youtube.com/watch?v=-qTiYA1WiY8