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‘De las palabras a los hechos'

 

Una característica distintiva de los grandes líderes de la historia está relacionada a la consistencia que guardan las palabras que pronuncian estos seres y los hechos que las siguen. .  La consistencia por definición es la ‘firmeza en la constitución y el carácter’ lo que evidencia la relación del concepto con la estabilidad y la cohesión.  De hecho, es precisamente  en la consistencia que reflejan nuestras palabras con el comportamiento que exhibimos lo que le permite a los demás catalogarnos como personas. Todos conocemos los múltiples nombres que se le pueden dar a aquellos seres humanos que viven una eterna contradicción entre sus palabras y sus hechos, que normalmente justifican la falta de confianza e inclusive temor que pueden evocar en los demás. 

El ser consistente de palabras y hechos pareciera ser una tarea sencilla, pero es debido a una multiplicidad de factores que no siempre se puede mantener. No es por casualidad que el refranero popular establece que ‘del dicho al hecho hay un largo trecho’ pues normalmente no son solo las palabras las que logran los cambios, sino la combinación de las mismas con acciones. Ese ‘largo trecho’ está compuesto de múltiples sacrificios, obstáculos y eventualidades para las cuales no siempre estamos preparados, lo cual dificulta el alcanzar la consistencia que deseamos. Es prescindible entonces el mantener la objetividad y una perspectiva cargada de realismo para poder entender que el camino de las palabras a las acciones, no siempre lo andamos solos.

Cuando aspiramos a ser buenos líderes, compañeros, padres, hijos, hermanos y ciudadanos en general, es sumamente importante enfatizar la consistencia de nuestras palabras con nuestros hechos. Debemos evitar el que se nos caracterice por la incongruencia de nuestras acciones con lo que decimos y tener la prudencia para aceptar que cuando no podemos hacer cumplir nuestra palabra, ser sinceros con aquellos que nos escuchan (en vías de mantener su respeto). De manera estrictamente personal, entiendo que en el momento histórico que nos encontramos necesitamos gente que busque mantener una consistencia de palabras y hechos, dispuestos a asumir responsabilidad por lo que dicen. Líderes que mantengan la consistencia de palabras y hechos, pudieran eliminar faltas éticas, encubrimientos y engaños que tanto daño pueden hacer. Si bien es cierto que las palabras convencen, es con nuestras acciones que demostramos el nivel de compromiso que tenemos con las mismas.

 

“Lo que las personas dicen, lo que las personas hacen y lo que las personas dicen que hacen son cosas totalmente distintas”

-          Margaret Mead