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“El placer en el oficio trae perfección en el trabajo”

 

Esta cita de Aristóteles que me gustaría compartir con ustedes, posee una gran importancia en estos tiempos. Muchas veces escuchamos la importancia que tiene el encontrar un trabajo que nos guste para evitar la insatisfacción, el mal humor y la inconformidad que este pudiera traernos, pero entiendo que la cita va un poco mas allá. Al establecer el vínculo entre lo que nos place hacer y los resultados que obtenemos, la cita nos asigna una responsabilidad adicional con la búsqueda de la perfección, donde precisamente encuentro su genialidad. Cuando hacemos las cosas porque en realidad nos brindan placer, debemos procurar que los productos finales se parezcan a lo que quisiéramos para nosotros mismos, cosas ‘perfectas’.

 

Como resultado de los múltiples cambios socioeconómicos,  en los últimos años hemos observado como las organizaciones han tomado conciencia de la importancia que guarda el ‘servicio perfecto’ y como este pudiera convertirse en una ventaja competitiva en sus mercados. Entonces; ¿Cómo podemos entrelazar el placer de servir con el servicio perfecto? El secreto para el servicio ‘perfecto’ radica en las personas que lo ofrecen y la satisfacción intrínseca que experimentan al ofrecerlo. De muchos es conocida esa expresión que establece que ‘aquel que no puede servir, realmente no sirve’, frase que con el pasar del tiempo cobra mayor pertinencia. La calidad del servicio debe ser una prioridad para todo tipo de organización sin importar su tamaño y el compromiso con el mismo de estar arraigado a la cultura organizacional para que sea posible. Ciertamente, aun cuando la organización se encarga de establecer una cultura orientada al servicio, son los empleados que lo ofrecen los responsables de que alcance la ‘perfección’.

 

Cuando ofrecemos un servicio que va más allá del mero objetivo de ‘complacer’ a otros y en cambio buscamos exceder sus expectativas, garantizamos un servicio de excelencia. De la misma manera, cuando entendemos que nuestras tareas (por mínimas que parezcan) impactan el servicio que ofrecemos y las experiencias de nuestra clientela, tomamos conciencia de la importancia de nuestro trabajo y podemos identificarnos con el mismo. Si podemos demostrarle a quienes servimos, que entendemos sus necesidades, preocupaciones y problemas, estos responderán prestándole atención a nuestro mensaje, nuestros productos y a la organización que representamos. Al dejar claro que nos brinda placer el ofrecer nuestro servicio y que buscamos lo mejor para la población que nos apoya, nos encaminamos a la ‘perfección’.

 

“Todo el mundo tiene el poder de la grandeza; no para la fama, sino la verdadera grandeza. Porque la grandeza se alcanza por el servicio”.

- Martin Luther King